domingo, 28 de octubre de 2012




                     ELEGÍA

              (Cómo muere un pueblo)

¡Oh pueblo mío!, qué triste quedas,
un gran silencio va llenando tu quebranto
y lastimeros ayes gime el viento en tus moradas.
¡Quién ha visto en tus calles la alegría,
las sonrisas y los cantos en alegre algarabía
de los mozos y las mozas cada día!.
Hoy triste y afligido te encuentras
porque tu gente está ausente o se ha ido
y solo quedan unos pocos afligidos.
Muchos volaron al cielo a ser aurora,
dejando al pueblo en el olvido
de este lugar triste que su ausencia llora.
Algunos se quedaron descansando en cruel espera
del inocente ser que nunca llega;
mientras, contemplan sonrientes ese amor que no prospera.
Ya no silba el viento, ni gruñe, ni suena,
ni el agua discurre como antes lo hacía,
ni la tierra es próspera ni amena,
ni el árbol saluda al nuevo día,
ni el sol brilla como siempre solía,
ni la luna en la noche cálida o fría.
El Alhama corre en raudal torrente
y a veces se detiene para oír el triste llanto
de álamos y cipreses que acompañan la corriente.
¡Algún día la rubia aurora entre nubes,
plácida asomará su alegre y radiante frente
llamando al día para darnos sus alegres albores!.

De mi libro (Como salen del alma)

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