CANTO DE AMOR
¡Excelsa Madre mía,
toda albor y melodía,
amparo del que en ti fía.
Tanto creo y te amaría
que por ti yo moriría!
Eres Tú la clara arteria
donde nadie se extravía,
y eres noble pedrería
en que la humana mayoría
se hace flor de joyería.
Y eres Tú en mi lejanía
fulgente luz que me envía
la antorcha de eterno día,
y al verte me da energía
la noche y mi cobardía.
Tu nombre es mi melodía
y es mensaje de armonía,
y eres colmena bravía,
y eres lucero que guía
en la noche más umbría.
Tu apoyo es mi bizarría
y es tu pecho la bahía
de lirios y de alegría,
donde el barco se atavía
tras la tempestad bravía.
Tu hermosura me extasía,
que es maestra de maestría,
y es tu imagen celosía,
pues el alma que en ti fía
ve la gloria en tierra fría.
La más grande fantasía
no siente la bizarría
de tu audaz soberanía
donde el mismo Dios vacía
su inmortal sabiduría.
Y el rosal que se mecía,
y la aurora que subía,
todo un orbe de armonía
que el Dios Padre aprobaría
al crear tu galanía.
Y el mundo es la sinfonía
que en conforme algarabía
propaga tu gallardía,
flor, jilguero y poesía
del cielo y la tierra umbría.
Hoy es fecha de alegría
y el pueblo que en ti confía
se reúne en este día
para celebrar en tu compañía
tu fiesta con armonía.
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