viernes, 31 de mayo de 2013

                LA FUENTE

Óyeme fuente, tú que en tu charca ves
los prados verdes y las turbiedades,
tú que muestras el llanto por mí caído
de estos umbrosos ojos inmorales.
Quiero que me hagas un favor, cuando
mi amargura en tus aguas se refleje,
entrégame la felicidad quitada
y no dejes que de la fe yo me despoje.
Haz que las flores me hagan compañía
cuando  vean llegar mi última partida.
Y si me castigas a no ser mí halagada,
di a todos, que es falsa mi felicidad,
diles, que es verdad mi confianza,
que su consuelo es mi desconsuelo.

¡O mejor!..., no digas nada.

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