domingo, 25 de enero de 2015


GLOSA

Eres como olas en el mar
que se rompen en la playa,
cuando el agua se desmaya
y revientan en el lugar,
no te quiero abandonar,
quiero tu arrogancia abrazar,
y si la vida me quitas,
porque la muerte me das,
ya me ganes o me pierdas
nunca más me olvidarás.

Linda flor de la mañana,
mueres al llegar la noche,
y el sol adorna con broche
tu cuello de porcelana:
quise que fueras galana
poniendo el sol en la noche;
y que la sombra derroche
luz y encanto atroche y moche...
Si es amor este reproche
llévame a ti a media noche.  
Qué prolongado camino
para llegar a tu lado,
qué largo y apasionado
cuando siento tu cariño.
Hermoso como el armiño,
delicado vellón fugaz,
llego a ti y ya te has ido,
te deslizas como el hielo:
quisiera ser tu consuelo
 a pesar de estar herido.

Sombra de la noche intensa,
alas del viento volando,
vi tu yegua galopando
allí en la pradera inmensa.
Mi alma herida y suspensa,
te seguirá mientras pueda;
y si cruzo esta vereda
y he de ir alguna parte,
seguro que mando al traste,
lo poco que ya me queda.

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