domingo, 22 de febrero de 2015


ROMANCE


Canto como los jilgueros,
y entonces lanzo a los vientos
el grito del alborozo,
la expresión de ocultas penas.
Morirá mi fuerza débil,
y si algún rumor legare
en el ámbito del siglo,
confío no ofender a nadie.

Hallaréis en estas letras
unas palabras muy breves,
en que a los vientos del cosmos
el hombre su interior abre;
memorias de brumas tristes,
canciones de nuestro valle,
salmos de gloria en la huerta
y los gemidos de un sauce.

El sol que llega dorado
tras los montes ancestrales,
y el murmullo de mis sotos
que viaja en brisas errantes;

adivino en el ocaso
una visión admirable,
la noche en mis reflexiones
                    con cantos muy especiales.







Logroño, febrero de 2015

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