jueves, 19 de febrero de 2015


ROMANCE

  Rosa María en competencia
torna a encender el aprecio.
Pues con el roce recuerda
lo que le exige el desprecio.
Los halagos repetidos
llevan en raros momentos
lo que aporrear a la piedra,
lo que a encender con el viento.

Frecuentes satisfacciones
para amar son dulce cebo,
para el pájaro es el cepo,
para el pez es el anzuelo.
Perseverar en el amor
rinde seguros afectos,
mucho más al que los tiene
abiertos siempre y dispuestos.

Hoy no existen las distancias,
ni esfuerzo para el trayecto,
que para las mil discordias
se inventaros gustos nuevos.
Pronto ceden los antojos
los requiebros y los gestos,
al niño ceden los mimos
y las caricias al perro.

Adiós a las esperanzas
que me llenaron de ejemplos,                                                           
no le pongas a la leche
lo que al vino en otros tiempos.
Y a Rosa María le digo,
que por amor no la dejo,
la dejo porque me olvida
y un desengaño no quiero.
               
 
Isla Cristina, 18 de febrero de 2015

No hay comentarios:

Publicar un comentario