jueves, 13 de junio de 2019

TROVAS A LA VIRGEN DEL PRADO

En este templo sagrado
              lugar de nuestra oración,
rezo de la Virgen del Prado
Reina del pueblo y región...

A qui canté trovas puras
en áureas noches serenas,
apretadas de dulzuras,
de puros misterios llenas
y repletas de ternuras.

Y he rimado cantares
al trinar de ruiseñores
de los verdes olivares,
y al dulzor de los sabores
de floridos tomillares.

He cantado a la finura
de la Virgen más sencilla,
la Inmaculada lisura
de la nieve de la altura
que es el albor sin mancilla.

He cantado a la pureza
de las aguas naturales,
y la cortés gentileza
de los blancos arenales
que gestó Naturaleza:

las sonrisas mañaneras
de los días abrileños,
las disueltas acederas
que florecen en las eras
de amaneceres risueños…

Trovas puras he cantado,
trovas castas he sentido,
con ellas me emborrachado,
como borracho he dormido
y con mi Virgen he soñado…

Mas ni en noches diamantinas
con mil estrellas divinas,
ni en mi palomar palomas
ni la miel de mil aromas
de estas floridas colinas...,

ni en las blancas azucenas,
ni en la fuente en este día,
ni en alboradas serenas
que están de alborozo llenas
con primorosa armonía...,

ni en los besos celestiales,
ni en los tiernos musicales
de las madres cuando cantan,
esos cantos venerables
a los hijos que amamantan...,

alcanzó la inspiración mía
escasa imagen siquiera,
dulce miel de la poesía
que representar pudiera
la honestidad de María.

Sol eres en este feliz día,
ramo de flores, puro y fiel;
¡pura el Creador te hizo María!
Para hacerte digna de Él.

Vienes de aguas celestiales
manantial de los consuelos,
tus ojos son virginales
y seducción de los cielos,
--entusiasmos mundanales.--

¿Qué más cantarte podría
Madre del Prado en tu honor?
Si después de decirte un día
que fuiste sin mancha, María,
Madre de nuestro Redentor?

Romance mio, campesina...,
a ti que estás enamorada
de la fuente y de la encina,
del sol de la madrugada
y la paz de esta colina.

Me dijiste Madre mía
que te alegran prosas bellas,
¡Yo te ensalcé con armonía
e hice centro de ellas
la hermosura de María!

¡Me dijiste cuando cantas
la dicha de la humildad,
que te agradan cosas tantas…,!
Pues Tú eres entre las santas
la más grande santidad.

Yo te he visto sonriente
escuchando atentamente,
sentir los toscos cantares
que ante los pobres altares
te rimaban ruda gente…

Gente de lozano vivir
que al hallarte Inmaculada,
entonaban su sentir.
¡Sentires de enamorada
que es lo más hermoso decir!

¡Que llegue tu amor ardiente
al corazón del creyente
y a la mente del poeta,
sentirás el salmo ardiente
que el gran enigma interpreta!

¡Que el pueblo pare y te adore!
¡Que el pueblo cante y te implore!
¡Mírales con amor de amante
cuando rece y cuando llore,
cuando trabaje y cuando cante!

Y aquí…, dejo de escribirte
porque los ojos me sudan,
será de tanto quererte
o que los cielos se nublan.
Será de tanto mirarte…,
o que las campanas doblan.

¡Gloria a Dios en tu pureza
Madre del Prado Inmaculada!

¡Felicidades, Madre del Prado!



En la ermita de la Virgen del Prado, 8 de junio de 2019



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