viernes, 25 de septiembre de 2020


¡QUE LÁSTIMA!


¡Que lástima que siendo poeta

no pueda cantar las viejas usanzas!


¡Que lástima que no pueda entonar

una voz de brillantes romanzas!


¡Que lástima que teniendo patria

no pueda cantar un gloria a mi patria!


Se que la historia siempre es la misma, siempre la misma..,

que pasa de una tierra a otra tierra, de una casta a otra casta, como pasan las tormentas de verano de una a otra comarca.


¡Que lástima que ya casi no me quede comarca, ni patria chica, ni tierra provinciana! Nací en las entrañas del Valle del Alhama, pueblo del que ya casi no queda nada:


Pasé los días garzos de mi infancia en este Valle del Alhama, y mi sombría juventud, entre el río y la montaña.


Después de este episodio…, no he vuelto a echar el ancla, y…, ninguna de estas tierras ni me eleva ni me exalta para poder cantar siempre la misma balada al mismo río y a la misma agua que pasa rozando mi campo y mi casa.


¡Que lástima que de mi pueblo ya no quede casi nada. Y por qué voy a cantar mis viejas romanzas si soy un paria que apenas tiene una vieja capa.


Sin embargo… en esta tierra del Alhama hay un viejo pueblo, un pueblo de España con una casa en la que voy de posada y donde tengo guardadas, mesa, silla, libros y un ajuar en una sala.


Aquí me siento sobre mi silla y venzo las largas horas entre mis libros viendo como pasa el tiempo a través de la ventana.


Cosas de poca importancia parecen un libro, una silla y una ventana en un pueblo del Alhama, y sin embargo, me basta para sentir todo el ritmo de la vida en mi alma.


Y aunque soy un paria que apenas tiene una vieja capa… me veo forzado a cantar cosas, aunque..., de muy poca importancia.


En Inestrillas, agosto de 2017


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