jueves, 22 de diciembre de 2011



CANTO PARA EL QUE HA NACIDO
 
Se oye un tierno gemido,
está la noche terciada
y al candor de la alborada
cruza  el cierzo adormecido.
El Niño Dios ha nacido.
¡Qué celestial claridad!
Cantad, ángeles, cantad:
"Gloria a Dios en las alturas
y Paz a las personas puras
y de humana caridad".
Desmantelad el otero,
corred a Belén, Pastores.
¿No vislumbráis resplandores
de aquel celeste lucero?
Este es el limpio cordero,
hostia de propiciación,
que en gloriosa expiación
tomó las culpas ajenas
arrancando las cadenas
en su Caída y su Exaltación.

Para entregarle sus dotes
llegan los Magos de Oriente,
todo fausto y refulgente
de tres reinos diferentes.
Rendid vuestros corazones,
Reyes, venidle a admirar.
Este pesebre es altar,
sitial donde Dios se humilla.
Inclinad, pues, vuestra rodilla,
Melchor, Gaspar, Baltasar.
                                                  Navidad de 2011
Pregón de Navidad  que este poeta declamo en las AULAS  de Jesuitas el día 21 de diciembre.

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