jueves, 31 de marzo de 2016


VIDA



Cercano está mi ocaso, Dios, dame guarida,

pues nunca me diste seguridad fallida,

ni quehacer justo, ni carga merecida;



Pues veo que al final de mi indómito camino

yo fui el abogado de mi legal destino;

si traje gozos o tristezas de las cosas,

fue porque puse hieles o mieles jugosas:

siempre que planté rosales coseché rosas.



...Cierto es que a mi lozanía seguirá el invierno:

¡tú no me dijiste que mayo sería eterno!

Y encontré rebosantes sombras en mis penas;

tampoco me aseguraste solo noches buenas;

en cambio tuve algunas tinieblas serenas...



Vividor soy de la verdadera soledad.

Amé, me amaron y el sol me acarició tenaz.

¡Vida, no me debes nada! ¡Estamos en paz!





Logroño, 30 de marzo de 2016


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