sábado, 30 de abril de 2016

      
¡A INESTRILLAS VOY!

De Inestrillas vengo, suave suspiro,
cuando, por ligereza o decaimiento,
dejo el ansia de arrinconar el cuento
y dar a mi leyenda algún retiro.

A Inestrillas voy, que sólo quiero
aprovechar sus brisas un momento:
pausa de escape y entretenimiento
con la fugaz lejanía de un respiro.

Ni ciudad ni agobio, monte y hondura;
devota soledad, quietud que calma
o sosiega compañía sin ventura.

Templanzas ardientes y lisonjeras
al ser en filosófica mesura...
De allí vengo y allí voy, a Inestrillas.

Logroño, 12 de enero de 2016

No hay comentarios:

Publicar un comentario