viernes, 8 de abril de 2016


LA ALDEA Y LAS ALDEANAS


Los vasos del cariño son arcas piadosas

en las que la lealtad jamás se contamina;

tinajas en cuyas paredes olorosas

el agua es lozanía en la mujer campesina.


Todas vosotras sois muchachas cortijeras,

enjundia del viento y el sol que os engalana,

vosotras percibís las cosas venideras

como si el hacerlo fuera cosa cotidiana.


Amo todos vuestros embelesos aldeanos,

mujeres de los pueblos que dais tanta vida,

me gustaría sorber el agua contenida

en el hueco que se forma en vuestras manos.



Me placen los cumplidos entre campesinos,

cuando a la sombra las meriendas en manteles

se dan con risas el delirio de los vinos,

pan con alegría y bebida entre las mieles.


Sois encanto y primor en la humilde calle,

sois clavellinas asomadas a la reja,

el son de las esquilas en alternada queja

el canto de las aves y el color del valle.


Queridas mozas: no ambiciono más empeños

que escuchar vuestros susurros por las esquinas,

unir gratamente las horas vespertinas

entre la compañía de alegres lugareños.


Que la abundancia de amores de esta población,

regresen a satisfacer a este olvidado

y hermoso lugar que nos dio la creación,

para que pueda ser un lugar recordado.


¡Que la ropa tendida al sol

y el jilguero en el balcón,

den la hermosa sensación

de estas gentes en su crisol!





Logroño, 5 de abril de 2016

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