martes, 31 de mayo de 2016

LA TORMENTA

Fantasma que naufragado
entorno de un remolino,
porque me manda mi sino
que cumpla con lo mandado;

frente a la firmeza bestial
de mi grandiosa admiración,
le consulto a mi corazón
dónde están el bien y el mal;

quién se confunde, quién yerra;
la razón es quien me grita:
¡Resiste!, ¡aguanta!, cáspita,
o te van a echar por tierra.

Si no es mío el
movimiento
quien es el que me ha vencido,
¿por qué si estoy abatido
tengo este arrepentimiento?

Solté la roca de cuajo
y fue arrojada al barranco,
con mucho arrojo apalanco
y así rueda monte abajo;

                         mientras que yo, ¡despreciable!,
                         si lucho y soy
abatido,
                         para siempre habré caído
                        y así me siento culpable,


¡y en la entraña de mi mal,
penoso sustento siento
de que mi derrumbamiento
fuera tan perjudicial!

Y así, lleno de pasión
un hermano me decía,
medita con presunción
con toda tu filosofía...,

y exclamé después de oír...,

¡Oh, ilustrado no entender,
mi elocuencia es no discutir,
mi discusión es padecer,
mi enriquecimiento morir!


Logroño, 29 de mayo de 2016

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