jueves, 1 de junio de 2017

A LOS RUISEÑORES DEL ALHAMA

Templando el pico en cántico hermano
el generoso ruiseñor de parda pluma,
no deja de cantar su trino entraño
aunque de colores lindos no presuma.
Nos dicta ahora rimas muy sonoras
fascinador del jardín con gallardía,
excelso ruiseñor de purpúreas horas
que haces rosa al alba alegrando el día.

De la luz te ocultas templando ritmo
con generoso canto das alegría,
tu clarín da fama con un gran salmo
placer atento que nunca cesaría.
Turnas con las musas tu alegre canto,
pues si yo pudiera ofrecerte tanto,
sería mi silencio apacible, en cuanto
no fuera posible calmar tu llanto.

Pardo plumaje, imitación dudosa
al viento que lo peina envidioso,
vuelo sin orden, pende de una rosa
silbar en un zarzal es muy honroso;
náyade del bosque, el hijo más bello,
lucientes ojos entre pluma bella,
ruiseñor es su nombre de esbelto cuello
brilla en la noche en luminosa estrella.

El furtivo galán en tanto, donde
roba al laurel su trono al sol ardiente,
entre rosas y la enramada esconde
su cuerpo en las ramas junto a la fuente.
Tierno se queja y sereno responde
un ruiseñor a otro, muy dulcemente,
en el sueño de sus cantos la armonía
ayuda en sus quehaceres cada día.

Efusivo el Alhama da sus manos,
con ellas refrescándole la frente,
entre verdes juncos de culos canos,
dos negros cisnes van por la corriente.
Vagas flores llevan sus tallos vanos
corriente a bajo lisonjeramente,
las más tupidas van haciendo manos,
las más frescas van a contracorriente.

Y ya en el Alhama la noche vaga
su tímido día va perdiendo esplendor,
y entre brisa lánguida se apaga
el último gorgoritear del ruiseñor,
sin una voz amable que me haga
oír que estoy solo en el valle de mi amor;
volveré al valle con las bellas flores
para volver a escuchar los ruiseñores.


Logroño, 31 de mayo de 2017

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