miércoles, 7 de junio de 2017

            FELICITACIÓN A NUESTRA
MADRE DEL PRADO

Aunque al alba con amores
y al sol con miles de enojos,
te sientan con mil primores
la viveza de tus ojos,
y a tu alrededor…, las flores.

Muestra tantas maravillas
el esplendor de tu cuello,
cual rosas son tus mejillas,
y con fiel adorno brillas
desde los pies al cabello.

Y aunque veo muy brillante
de tu guapura el decoro,
es que en tu triste semblante
se oculta en cada instante...,
galana Madre..., un tesoro.

Ocultando tu sonrisa,
no escondes tus ojos bellos,
por que te digo sin prisa
que ya observé en dulce risa,
los pensamientos aquellos.

Embelesada y errante
vagas con gracia segura,
como escuchando al andante
y al céfiro susurrante
que entre tu manto murmura.

Ya se que el cielo abandonan
los ángeles más hermosos,
con resplandor te coronan,
y bellos cantos entonan,
de tu belleza envidiosos.

Se que tus ojos encantan,
y en círculo se revuelven;
cánticos de amor levantan;
los llaman hermosos; cantan,
besan tu faz, y se vuelven.

Y en ese instante de gloria,
con recuerdos seductores,
ya sé que por
tu memoria
pasa la amorosa historia
de
tus pasados amores.

Cuenta si tal vez, hermosa,
en esa visión tranquila
gustando estás la olorosa
y dulce miel que destila
el suave nombre de esposa.

Recuerdas cuando en la misa
mil auroras te cantaron
y en tus calles se apagaron;
¡se apagaron bien de prisa,
siendo tan dulces…, pasaron!

Ya no se escuchan como antes,
en esas noches serenas,
las hermosas cantinelas
sobre los aires flotantes
de los dóciles amantes.

¿Os place ver derramados
cantos de amor por los cielos,
porque llevan acoplados
con otras guapuras celos
y otros galanes amados?

¿Oís los versos de amores,
en vuestra cama dormida,
como los leves rumores
al bambolear de las flores
en vuestra reja prendida?

Mas ¡hay!, ¡que ya se acabaron
aquellos cantos y risa
que en tu alabanza cantaron!
pues callaron muy de prisa,
siendo tan dulces pasaron.

Flores cargadas de emoción
cosechadas de mañana,
son como la última canción
que se recitó en el balcón
a la Madre más galana.

Y si con serenas glosas
tu pecho nunca se embriaga,
aún hay canciones hermosas,
que a las más dulces esposas
la brisa nocturna halaga.

Unos sones muy callados
sentí correr por los cielos,
no estaban muy acordados,
ni causaban grandes celos,
tampoco amantes cuidados.

Y en cada instante, hermosa,
con gran ilusión tranquila,
podrás comprobar airosa
la dulce miel que destila
esta tierra silenciosa...

Querida madre del Prado:
Son días muy alborozados,
y yo te traigo un recado
de nuestros antepasados
que están en el otro lado.

Que no olvides su pasado,
pues…, te siguen recordando
con tu fuente y con tu prado,
que seas su rumbo amado,
como en vida fuiste faro.

¡Te pedimos que así sea
por siempre!

¡Feliz día Madre del Prado!


En la ermita de la Virgen del Prado,
Inestrillas, 3 de junio de 2017

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