martes, 10 de septiembre de 2019

ADORACIÓN

Viento que en mitad de la fronda canta
agradables susurros al follaje,
es el murmullo de su verde traje
al levantarse en su ligera planta.

Fulgor del destino que al caer la tarde
de agonizante lividez se viste,
es el retrato entrañable que existe
y que en el vidrio de tus ojos arde.

Luna que brillas en la mar naciente
y naces de su seno en callado vuelo,
tú con serena dignidad del cielo,
sois relieve de su lúcida frente.

Sereno canto, que esconder no sabe
la oropéndola en su ignorada pena,
y en el reposo de las frondas suena,
esa melodía de su canto grave.

Miles de nubes el cielo nos envía
luz y fuego son de su sol fecundo,
cielo sin nubes de un azul profundo,
es todo dulzura de la amada mía.

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