domingo, 30 de septiembre de 2012


HISTORIA DE UN TORNILLO

En un enorme trasatlántico había un tornillo muy pequeño que junto con otros muchos tornillos, igualmente muy pequeños, mantenían unidas dos grandes planchas de acero. Cuando el barco navegaba en pleno océano, el tornillo comenzó a aflojarse y amenazaba con salirse fuera. Entonces los tornillos vecinos dijeron: “Si tú te sales de tu sitio, también nosotros nos saldremos”. Y los remaches de abajo, en el casco del barco, dijeron: “También nosotros estamos muy apretados, vamos a aflojarnos un poco”.
Cuando esto oyeron los grandes contrafuertes de hierro, gritaron: “Por el amor de Dios!, quedaos en vuestro sitio; porque si vosotros  no resistís, estamos todos perdidos”. Y el rumor de lo que intentaba hacer el pequeño tornillo se extendió con la rapidez del relámpago por todo el enorme casco del barco, que gimió y se conmovió en todas sus junturas. Todos a una, entonces, los contrafuertes de hierro, las planchas de acero, los tornillos y aun los más pequeños remaches enviaron de común acuerdo un mensaje al pequeño tornillo para que permaneciera en su sitio porque, de lo contrario, el barco iría a pique y ninguno llegaría a su destino.
Este mensaje que tanta importancia le atribuía, halagó el orgullo del pequeño tornillo, que tomó la decisión de mantenerse en su lugar.

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