jueves, 3 de enero de 2013


      LA AURORA

  Entró la aurora por mi balcón,
soñando estaba en mí fantasía,
y fue tan fiel en su compañía
que dejó en mí toda su ilusión.          

  Latente fue su fábula y consejo
y aún más puro fue mi despertar,
que con todo fulgor vino a acariciar
la gracia que dejó en su cortejo.

  Mientras, las sombras estaban en pos
de su admiración y su reposo,
la verdad era todo un asombro;

  aquella mañana que vino de lejos
respiró con un largo e intenso
reflejo que en lo más profundo vibró.

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