sábado, 6 de febrero de 2016

REFLEXIONES POÉTICAS



Amo la poesía porque tiene la particularidad de pasearse

como una Diosa por las cumbres más altas y por los ángulos

más ocultos de las profundidades que contiene la palabra, al

menos para mí que la utilizo como un calzador, ajustándola con

la máxima medida de mi saber. Tiene la mística encerrada en

versos a los que solo unos pocos podrán siquiera acercarse, la

sensualidad más delicadamente dibujada y la belleza de su

cuerpo. La poesía es como una dama, tanto es así que se pierde

en una imagen sutil y bien contoneada, la belleza que se asoma

en los contornos que se encubren de cotidianidad, el sentimiento

penetrante de abandono y dolor, así como el de exaltación y

locura.

Me gustan las obras poéticas porque se pasean con mesura

unas veces o con desenfreno otras por horizontes que pocos

logran tocar, me gustan, y las haría mías sólo por el placer de

haber pensado que pude pasearme tan libremente y sin pudor

por espacios a los que sólo a unos pocos se les da la

oportunidad de presentir.

Por eso pienso que la poesía es la expresión más hermosa que

nace del pensamiento humano.

De mi libro "Reflejos del pasado"



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