martes, 24 de octubre de 2017

YO AMABA … (elegía)

Yo amaba sus prados con ardimiento:
sus montañas y valles tan sutiles,
su río en el que se mira el firmamento,
y el entorno sin fin, cuyo lamento,
tarareó mis años juveniles.

Cantaba en mi vagar; cuando despliega
cada estrella su luz y pone su broche
en el orbe y el quietismo navega
y la luna llena florece y riega
los tupidos velos que da la noche.

Cantaba, cuando la aurora descorría
en el naciente sus dorados velos,
y si la tormenta al campo descendía
y el sol su calor al labrantío le abría,
regaba con su luz todos los cielos…,

a gusto de la sombra más galana,
la más dulce gloria en horas tranquilas
y reservadas, la novia soberana,
la ostentación espléndida lozana,
corría el sereno tul en sus pupilas...

Evitando que la aurora a sus ojos
su flechazo fulgente los moleste...,
mis entrañas sin pena y sin enojos
ven ante el umbrío color de tus hijos
brillantes niñas en la noche agreste.

Siempre he de observar en tu mirada
fija en mi cara, la dichosa y tierna
despedida, ¡adiós, querida alborada!
virginal de la capa sonrojada:
¡que reine en mi la oscuridad eterna!

Querida noche: Ven llena de encanto;
tu que con vuelo enigmático avanzas,
siempre para mi tu serás mi canto,
y en los negros fruncidos de tu manto
sus pliegues abrirán mis esperanzas.


Logroño, 24 de octubre de 2017

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