domingo, 16 de diciembre de 2018

EN EL VALLE DEL ALHAMA

La noche vertió sus sombras
en el Valle del Alhama.
Sólo se siente en el alma
los cuentos y las leyendas,
Mi caballo por las riendas
rebasa el río andrajoso,
y cuando el cielo sedoso
sella su última abertura,
ves por la negra ranura
cielo triste y tenebroso.

Noche de cuento grosero
y espanto de luna llena.
Atormentado por una
mujer fuiste al aguadero.
Noche de canto pechero
que mece su alma en lamentos,
si con besos quito llantos
mi pecho de amor rebosa,
sobre el quizás que me acosa
yo te daré dulces cantos.

Valle de frondosos tallos,
siempre te aprendí a querer
en el amor de una mujer
y a lomos de mis caballos.
Mientras crecen nuestros mayos
queda amor para cantares:
tierra brava como mares,
viñas sin riego ni poda,
sobre nuestra agonía toda
¡quien pudiera darte amores!

Décimas de enamorados
el viento cierzo balbuce.
La noche labriega luce
campesinos muy cansados.
Bebí de la jarra ardiente
vino de la viña arada,
de la tierra alta cañada,
ruta del adiós ¡quien sabe…!
Cuando mi pena se acabe
será gravada en mi frente.

Tú me sembraste la tierra
tierra donde me aquerencio,
yo que te quise en silencio
por ti me convertí en bardo,
si me mandas un recuerdo
mi dirección yo te envío
de este valle duroy bravío,
con la mejor prefectura
general de esta amargura
y señor de mi albedrío.

Abre sus ojos al paso
Inestrillas sin un grito.
La soledad en que abito
está sola en el Parnaso.
La tierna flor del ocaso
aspira al campo a su paso
puro arenal del calvero
soñando aire mañanero,
lleno estarás de congojas
ya no te quedan ni hojas
arbolico inestrillero.

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