miércoles, 8 de febrero de 2012

PASEMOS PÁGINA

La vida es como una novela, un libro en el que cada día es una página y hay que pasar estas páginas para conocer la trama completa. Sería absurdo tomar un libro para quedarse siempre en la misma página. Lo mismo pasa con la vida, no podemos quedarnos en un solo episodio, en una misma etapa; debemos seguir adelante.
Hay personas que cuando sufren un desengaño amoroso, por ejemplo, se quedan detenidos en el tiempo, lamentando su desgracia. Esto provoca que la amargura llegue a su vida y se vuelvan negativos; se niegan el derecho a darse otra oportunidad.
No es sano vivir en el pasado, hay que pasar página. Quizá sea difícil olvidar un gran amor, pero es cuestión de decisión, de amor propio y de seguridad. Si estás empezando este nuevo año en la misma página que el anterior recordando, llorando, añorando, te estás privando de todas las oportunidades y bendiciones que este nuevo año trae para ti.
Si sufriste una gran decepción, pasa página, olvídala, nunca hubiera resultado, por más que te esforzases. No hay nada que lamentar, no era para ti y es mejor que acabases antes de que  siguiera adelante y la caída fuera más grande y dolorosa.
Seamos como los niños, que si algo les duele, lloran, pero al irse el dolor, están nuevamente jugando felices. Seamos transparentes como ellos, que dicen la verdad sin ocultar nada, sin pensar mal de los demás; actúan sin prejuicios y sin hacer diferencias. Se pelean y al momento están otra vez abrazados, sin resentimiento, ¡Pasan página a los momentos ingratos! Disfrutan de la vida sin rencores, sin quejas, sin amargura. Tienen la facultad de asombro que muchos de los adultos hemos perdido.
Esa facultad de asombro que hace que vivan la vida con alegría, a la expectativa de una mañana llena de aventuras y sorpresas. ¡Si los adultos pudiéramos ver la vida así!
El mejor propósito para este año nuevo que podemos hacernos, es una limpieza concienzuda en nuestra mente y corazón, erradicando todas esas antigüedades inútiles para nuestra vida. Echando fuera todos esos malos recuerdos que hemos tenido guardados durante años, podemos disfrutar en pleno de las bendiciones diarias.
Dice la historia: cuando Dios hizo caer maná del cielo para que el pueblo de Israel pudiera alimentarse, les advirtió que no guardaran nada para el día siguiente, porque Él cada día haría llover maná nuevo y fresco.
Quienes no obedecieron esta orden encontraron que el maná que habían guardado del día anterior estaba lleno de gusanos.
Esa fue la consecuencia de su falta de fe. Por eso debemos empezar cada año que nos da Dios sin guardar nada malo del año anterior, como resentimientos, rencores, tristezas, etc., porque esas cosas que se echan a perder en nuestro corazón se descomponen y forman raíces de amargura.
Cada vida humana es un libro escrito por Dios. Solo Él sabe cuántas páginas tiene cada vida y solo El sabe que hay en las páginas futuras.
Si no pasamos cada página, nos podemos perder las siguientes.
Comencemos este año con fe y esperanza y dejémonos acompañar por Dios en nuestra travesía de la vida.
Que este nuevo año os traiga lo mejor de cada día y pasad página para leer cada día lo mejor del libro de la sabiduría. Ricardo Lalinde López. 12/1/12

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