lunes, 4 de enero de 2016


CARENCIA

De los amigos que tanto yo quería

y que en poco tiempo me han dejado,

se deslizan en sombras a mi lado,

con el corto alivio para mi memoria.


Sus llamadas se entremezclan con la mía

y me veo desvalido y desvelado

en la disputa de salvar el vado

que me llevaría hasta su compañía.


Dejo la invitación embriagadora,

imagino que el plazo se somete

y limpia el infinito cada hora.

Y reboso los extremos, de suerte

que mi lamento es inmenso y explora

y me familiarizo con la muerte.



Logroño, 4 de enero de 2016

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