jueves, 28 de julio de 2011

        MEDITACIONES SOBRE EL UNIVERSO

“La Naturaleza es la amplitud de la tierra, la rudeza y la sexualidad, la gran caridad y el equilibrio.
Quién no ha dirigido en vano su mirada por las ventanas de los ojos y a cuyo cerebro no ha dado en vano audiencia a sus mensajeros.
Quién frena a los creyentes y a los incrédulos.
Quién es el enamorado más majestuoso.
Quién, hombre o mujer, posee debidamente su Trinidad de realismo de
espiritualidad y de lo estético o intelectual.
Quién después de haber reverenciado su cuerpo descubre que todas las partes de sus órganos son buenas.
Quién, hombre o mujer, con la teoría de la tierra y de su cuerpo comprende por sutiles analogías todas las otras teorías, la teoría de una ciudad, de un poema y de la vasta política de los gobiernos; quién cree no solo en nuestro mundo con  su sol y su luna sino en los otros mundos con sus soles y sus lunas; quién, hombre o mujer, al construir su casa no solo para un día sino para la eternidad conoce a los distintos pueblos, épocas, acontecimientos, generaciones, el paso del pasado, la llegada del futuro y habitar allí indisolublemente juntos”.
Somos Naturaleza y no parece que nos demos cuenta de la responsabilidad que tenemos al formar parte de ella. Quizás en algunos momentos y cuando nos vemos afectados por trágicos fenómenos naturales, entonces es cuando nos acordamos de lo que somos, o como se dice en términos refraneros: ¡Solo nos acordamos de Santa Bárbara cuando truena!

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